viernes, 23 de diciembre de 2011

"Un poema para final del siglo" de Czesław Miłosz


Cuando todo estaba bien
Y el concepto de pecado había desaparecido
Y la tierra estaba lista
En paz universal
Para consumir y disfrutar
Sin dogmas y utopías,

Yo, por razones desconocidas,
Rodeado por los libros
De profetas y teólogos,
De filósofos, poetas,
Buscaba una respuesta,
Frunciendo el ceño, gesticulando,
Caminando de noche, refunfuñando al amanecer.

Lo que me oprimía en demasía
Era un poco vergonzoso.
Hablando de ello en voz alta
No mostraría ni tacto ni prudencia.
Podría incluso parecer un agravio
En contra del bienestar de la humanidad.

¡Ay de mí!, mi memoria
No quiere dejarme
Y en ella, la vida comienza
Cada una con su propio dolor,
Cada una con su propio morir,
Con su propia turbación.

¿Por qué entonces la inocencia
En playas paradisíacas,
Un cielo impoluto
Sobre la iglesia de la higiene?
¿Será porque eso
fue hace mucho?

A un hombre santo
-Así dice un cuento árabe-
Dios le dijo con maldad:
"He revelado a tu pueblo
Cuán gran pecador eres,
Ellos no te podrán alabar."
"Y yo", contestó el devoto,
"Les he descubierto a ellos
Cuán misericordioso eres,
Ellos no se preocuparán por ti."

¿A quién recurriría
Con asunto tan oscuro
De dolor y también de culpa
En la estructura del mundo,
Si ninguno aquí abajo
O allá arriba en las alturas
Puede abolir
La causa y el efecto?

No piensen, no recuerden
La muerte en la cruz,
Aunque cada día Él muera,
El único, el siempre-amado,
Aquél que sin necesidad alguna
Consintió y permitió
Existir a todo lo que es,
Incluyendo las garras de tortura.

Completamente enigmático
Enredo imposible.
Mejor dejar de hablar aquí.
Este lenguaje no es para personas.
Bendita sea la jubilación.
Vendimias y cosechas.
Aun si nadie
Tiene la serenidad garantizada.

sábado, 29 de octubre de 2011

Expectativas y decepciones

Siempre me ha gustado entender el porque de las cosas que pasan a mi alrededor, especialmente entender las razones que llevaban a alguien a comportarse de alguna u otra manera, el sentido de aquello… buscarle una ubicación en mi estructura mental que me ayudara a entenderlo desde mi forma de pensar y me he dado cuenta de que es una perdida de tiempo y energía enorme y totalmente absurda que no lleva a ningún sitio!

El otro día hablaba con un amigo que estaba muy decepcionado con otra persona,(que no era ni su amiga) porque no había hecho una cosa que él hubiera hecho en su situación, su decepción se generalizaba a bastantes más personas y se veía sustentada en comportamientos de estos que lo “justificaban” según su punto de vista. “Ves?” me decía, “lo sabia!”

El problema de mi amigo es que da mucho y espera que las personas hagan lo que el haría y cuando esto no sucede, se enfada y los tacha de su lista, ya que considera su patrón de comportamiento el único valido.

La decepción es un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona, unas expectativas que nosotros mismos nos hemos creado!

Yo le dije a mi amigo que no hay que esperar nada de nadie, ni juzgarlos arreglo a nuestra forma de actuar, ya que lo único que la hace “más” valida bajo nuestro punto de vista es que es el nuestra. Simplemente aceptar lo que nos ofrezcan y nos den, pedir sin exigir, si nos gusta lo cogemos y si no, lo dejamos. Cada uno tiene una forma de hacer las cosas y sus razones, ni mejores ni peores que las nuestras “suyas”, fruto de su forma de ver las cosas.

Debemos hacer las cosas como las sentimos, si creemos que debemos dar mucho en algún momento, hacerlo si ello nos hace felices, porque el simple hecho de dar nos llena, pero sin esperar que ello deba ser una causa-efecto de recibir al mismo nivel.

El motivo de la acción debe nacernos de dentro, no de lo que esperemos recibir; sino en la mayoría de los casos el resultado no será el esperado y nos sentiremos decepcionados.

Si algo no sucede como esperabas y alguien te ofrece una disculpa, una explicación… escúchalo, acéptala, y entiéndelo si te lo pide, pero si no lo hace, simplemente continua, no busques respuestas ni justificaciones si no te las dan, no las esperes, sigue con tu vida… has llamado al teléfono y nadie contesta, no insistas, tu llamada perdida aparecerá en su pantalla, si no te devuelve la llamada, sus razones tendrá… y estas te deben dar igual.

A veces conocemos a personas que actúan de una forma aparentemente lineal en lo que parece ser una dirección concreta, incluso nos sorprenden con cosas que no esperábamos, muy positivas y muy por encima de la media, cosas que nos gustan y que valoramos y asi se lo hacemos ver y poco tiempo después, sin que aparentemente nada haya cambiado, esas mismas personas hacen otras cosas muy por debajo de esa media y esto nos descoloca, nos sorprenden los cambios y no acabamos de entenderlo… quiza habiamos empezado a crearnos unas expectativas en relacion a unos hechos concretos?

¿Que alguien haga algo sorprendente significa que podemos exigirle, valorarle o justificarle porque un día hizo algo que otros muchos no hubieran hecho? No, lo hizo porque quiso, sus razones tendría en ese momento y sus razones tendrá ahora. ¿Puede un solo hecho justificar unas altas expectativas? Esto seria crónica de una decepción anunciada. Una persona es mucho más que uno, dos o tres hechos... Normalmente el error esta en crearse una imagen completa de algo que solo conocemos parcialmente.

Las decepciones suelen ir conectadas con la idea que nos hemos hecho de una persona, de la que conocemos solo una parte y completamos nosotros el resto, que acabamos percibiendo como real y nos sorprendemos (negativamente) cuando esta reacciona de forma diferente a lo imaginado.

Debemos tomar las cosas como se nos muestran sin ir más allá, no imaginar, ni suponer, ni justificar, valorar cada hecho de forma puntual, disfrutarlo y dejar que la vida nos sorprenda!

No esperes nada de nadie…

“El que espera desespera,

dice la voz popular.

¡Qué verdad tan verdadera!”

Antonio Machado

sábado, 1 de octubre de 2011

Fragmento de la sangre y el ámbar

"Los cristales son piedra, pero el ámbar una vez estuvo vivo, fue una gota de resina resbalando por la corteza de un árbol. La brizna de hierba, la burbuja de aire, el insecto atonito atrapado en la prisión del ambar son tambien recuerdos, ofrecidos a la vista con la misma distorsión con que el pasado se ofrece a la memoria: mujeres que amamos, amigos que dejaron de serlo, lugares donde fuimos felices o infelices. Nosotros también estamos dentro del ambar y casi no nos reconocemos, disecados en las posturas de entonces, empequeñecidos por la distancia, agigantados en las lágrimas amarillentas de la memoria."

La sangre y el ámbar
David Torres

martes, 27 de septiembre de 2011

De los errores se aprende??

Hacia tiempo que quería escribir sobre esto, pero no he tenido tiempo, así que no me quedó más remedio que almacenarlo en un rincón de la memoria (que estaba trabajando a pleno rendimiento en otros menesteres y necesitaba el máximo de espacio posible) y ahora que tengo unos días de asueto, he decidido sacarlo de allí.

De los errores se aprende”, frase lapidaria y aparentemente llena de contenido, fuerza y firmeza, pero yo me pregunto, ¿¿realmente se aprende de los errores?? Yo no se los vuestros, pero los míos no vienen con un folleto informativo en el que se explica el porque ha sucedido y como actuar la próxima vez! “Hola, soy tu error tu error nº15 y has hecho mal esto, esto y esto, y a la próxima deberás hacer esto y lo otro…” por desgracia no vienen así, a veces, simplemente no te das cuenta de lo que estas haciendo mal, normalmente (siempre) te das cuenta tarde y “eso” te tiene enseñar para la próxima. Pero que es “eso” exactamente y como te enseña??

Los animales tienen un código de colores y formas para saber que una planta o animal es venenoso, nosotros tenemos códigos que nos avisan del peligro, como no cruzar en rojo, carteles, señales… pero no todo es tan sencillo o quizá no queremos ver las señales cuando estas aparecen (que lo hacen, pero solemos verlas a posteriori, en frio y cuando ya es tarde).

Cuando tu perro te muerde las zapatillas, te enfadas y le riñes, si no quiere que le vuelvas a reñir y castigar, morderá otra cosa, pero no llegara a entender nunca porque te enfadas más cuando ha mordido unos Louboutin que si muerde las zapatillas de ir por casa (son inteligentes, pero no se hasta que punto llega su capacidad de raciocinio).

Pero y cuando el error no es tan sencillo!? aprender de él requiere un trabajo arduo y costoso, creemos que por haberlo identificado ya esta todo resuelto, ya hemos aprendido (que morder unas zapatillas, no se hace “caca”), pero… y el origen? No solemos cometer el mismo exacto error, (porque nada es igual), pero puede aparecer en otras formas y colores… y acabar siendo como el anterior, hemos pasado del verde al rojo, le rascas la pintura y el fondo… es el mismo! Eso debe querer decir que no hemos dado con la clave, y eso requiere de mucho trabajo. Analizar no solo el error, sino la conducta que nos ha llevado a él y lo más difícil, el porque lo seguimos repitiendo, la mayoría de veces sin ni siquiera darnos cuenta?

No tengo respuesta a ninguna de todas estas preguntas, pero he decidido trabajar más en profundizar en mis propios errores, empiezo a cansarme de tropezar siempre en la misma zanja (por lo menos probar errores nuevos por cambiar un poco!!) y lo más difícil, intentar cambiar la conducta que me lleva a cometerlos.

Y donde esta eso?? Suena muy facil, pero cuando esa forma de actuar parece estar tan dentro de ti que casi te cuesta identificar cuando la estas haciendo… no sabes cuando comenzaste con ella, ni porque, pero al menos has localizado que existe, (aunque aun lo ves un poco borroso y debes seguir acercándote) ya es un gran paso!!

Parece que solo dentro de nosotros mismos esta la respuesta y la misma solución y es alli donde debemos buscar, aunque no siempre queremos verlo, solemos buscar soluciones mas rapidas, sencillas y menos costosas y ampliamos el listado de colores y formas a las que no hay que acercarse porque son “caca” y acabamos simplemente dando un rodeo y … ¡Zas! La zanja!


miércoles, 20 de julio de 2011

“esas… no volverán!”

El otro dia una amiga me contaba que se había encontrado con el amor de su infancia casualmente por la calle, “en 10 minutos retrocedí 15 años de golpe, me sentí tan cómoda como cuando pasábamos horas y horas juntos sentados en un parque hablando de todo, jugando, riendo… Nunca fuimos más que amigos, sólo éramos niños!” No lo recordaba como algo tan especial hasta que no me lo encontré y vi en él al niño que tanto me gustaba – me decía.- Nos hemos agregado a Facebook y quizá quedemos algún día, pero sabes que? – continuaba- Aquellos momentos nunca volverán, ahora somos adultos, tenemos otras preocupaciones, otros amigos, otra vida… y aunque seguimos siendo los mismos, teniendo la misma complicidad, es inútil pensar que aquello se puede repetir, porque nunca nada vuelve a ser igual, nunca, todo es etéreo, temporal… nada vuelve. Sólo permanece el recuerdo y lo veré así, como un tesoro! – Concluyó.

Sus palabras me hicieron pensar mucho; cuantas veces estamos haciendo cosas y al mismo tiempo estamos pensado “a la próxima…” sin ni siquiera haber digerido lo que está pasando ahora, vamos acelerados, pensando en mañana, en la próxima vez, en el mes que viene, y pocas veces nos paramos a pensar que “eso”, lo que estamos haciendo y viviendo ahora mismo, nunca volverá, nunca será igual, será parecido, similar o quizá ni siquiera. Y si no hay una próxima?

Como decía el poeta Machado

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Me hizo hacer un flash back de mi vida y pensar en todas aquellas cosas que he hecho, que recuerdo y guardo en mi mente como tesoros y que jamás volverán, aquellas cosas que piensas que contaras a tus nietos y que tan feliz te han hecho, cosas simples y sencillas que sólo pensar en ellas te iluminan los ojos… los juegos de la infancia con mi hermana, mil batallas con los playmobils, los coches, las barbies; los veranos en casa de mis abuelos jugando con los melones y las patatas de los campos, descalza detrás de mi abuelo mientras él regaba los campos, inventado sandalias con sus trozos de madera y cuerda de pita, haciéndome pulseras y collares con las camisetas de mi abuela… unos no están, otros son ya muy mayores y otros ya no tenemos edad para jugar.

Recuerdo los veranos fuera, charlando en ingles con mi amigo, sobre el mundo, la vida, nadando en el rio… él ya tiene su propia familia, sus nenes a quienes enseñará a nadar alli… viajes que nunca se repetirán, aunque vuelvas, serán otros ojos los que verán esos lugares, serán distintos, ya no lo verán todo con la virginidad de la primera vez; Noches de fiesta, de charla hasta el amanecer, conversaciones de café, grandes momentos, grandes amores, amigos con los que compartes mucho y luego la vida te separa, “quedaremos, nos veremos, nos tenemos que juntar, iré a visitarte…” eternas promesas que solo tratan de atrapar el tiempo, vendrán otros momentos, diferentes, otras personas … pero como decía Becquer, “esas… no volverán!

Si cada día pensáramos que las cosas que estamos haciendo, los momentos, lo que compartimos es único, irrepetible, que el presente es efímero, que jamás volverá, si valoráramos el Hoy, tanto como apreciamos el Ayer, disfrutaríamos mucho mas de la vida, de todo lo que nos rodea, no pensaríamos “Ojala hubiera…” porque lo hiciste!!

Vive siempre como si este fuera el último día de tu vida, porque el mañana es inseguro, el ayer no te pertenece y solamente el hoy es tuyo.

San Maximiliano Kolbe

domingo, 10 de julio de 2011

El cuerpo, espejo de la mente, Rosetta Forner

Articulo muy interesante de Rosetta Forner

"Una de las primeras cosas que reflejan el estado interior de la persona, la cual estamos muy acostumbrados a mirar y a acompañar dela frase "son el espejo del alma", son LOS OJOS. Unos ojos llenos de alegría, de vida, de luz... son la identificación de una persona saneada, sana hasta la médula y coherente consigo misma. La coherencia, o congruencia, se reflejan en el cuerpo y en todos sus elementos. Su mente escribe en su cara, en su cuerpo, en su cabello, en su cabeza, en sus pies, en su piel, en sus piernas...
La incongruencia interior, el desarreglo o desajuste psicológico, la inmadurez emocional, la inseguridad en uno mismo y en su propia valía... no se refleja tan sólo en signos exteriores de manchas, llevar gafas, dolores, irritaciones, pelo cano, calvicie, ojeras, etcétera. Se refleja también, y mucho, en la postura física o lo que se conoce como "lenguaje corporal". Desde la forma de sentarse, la de caminar o la de estar de pie. Los gestos faciales o los corporales forman parte del lenguaje del cuepro.
Si usted es de los que camina pesadamente, con la cabeza gacha, los hombros caídos, la barbilla incrustada en el pecho, la cabeza ladeada, la espalda encorvada, arrastrando los pies... se sienta sosteniendo su cabeza con un brazo, ladeado, la espalda hacia delante, o tirado en la silla... COMIENCE A PRESTAR ATENCIÓN a estos signos exteriores que delatan lo que sucede en su interior. Se puede aprender a caminar ligero como una pluma, como si fuese un bailarín o danzarina. Se puede aprender a erguir la columna, a corregir las posturas físicas. Todo se puede aprender y corregir. Todo se puede mejorar.
Camina ligero por la vida quien se siente a gusto en su cuerpo físico y en su piel. Mostrando así esta complacencia al caminar. Observe a la gente. Salga a la calle, mírelos, obsérvelos, estúdielos. Verá muchos cuerpos "arrastrándose" literalmente. Le parecerá que pesan muchos cientos de kilos, como si tirasen del "peso de la vida". No importa si pesan poco o no físicamente. No influye si el cuerpo es joven o viejo. Cuando observe a alguien caminar como si flotase o danzase, como si fuese un niño o una niña pequeña cuyos cuerpos son ligeros, cuando vea a alguien que camina como si su cuerpo físico no estuviese sometido a la ley de la gravedad, párelo, pregúntele cómo se siente consigo mismo. Estoy segura que le responderá con un "estupendamente" o algo parecido, amenizado con una magnífica sonrisa.
Obsérvese a sí mismo en el espejo, en uno grande a ser posible y con mucha luz en derredor. Mírese, mírese como nunca lo ha hecho, es decir, no finja que se está mirando. Mírese a los ojos, las piernas, los brazos, la espalda, el abdomen, el pecho, los pies. Mírese pero hágalo sin criticarse, sin darse un baño de insultos, sin adornarse la mente con una guirnalda de estrepitosos "¡qué asco!" Eso déjelo para los demás. Y si alguien lo hace, invítelo a que se observe a sí mismo... no como castigo, si no como afirmación de sí mismo. Déjelo observándose, estudiándose por vez primera tal vez. Cuando se observe, fíjese en la posición de sus brazos, de sus hombros, de su espalda, de su barbilla, de sus manos, de sus piernas, de sus pies. Mire sus ojos, mírele a los ojos. ¿Qué diría usted de esa persona que está ahí, si esa no fuese su imagen? Pretenda que está en la posición de OBSERVADOR (alguien neutral). ¿Qué emoción le transmite la persona que se refleja en el espejo? ¿Cómo describiría su estado emocional? ¿Qué diría de su personalidad? ¿Hay o no hay brillo en sus ojos?
El cuerpo como pizarra, espejo o reflejo de la mente. Los ojos como ventanas del alma. La voz como fuente del corazón. Cuando alguien le hable, escuche su corazón. Para ello cierre los ojos y escúchele. Luego, cierre sus oídos y obsérvelo, mientras le siente. ¿Qué diría? Si hace esto se dará cuenta de mucha información que hasta la fecha fue única y exclusivamente patrimonio de su inconsciente. Las congruencias e incongruencias de los seres humanos están reflejadas en sus miradas, en sus ojos, en su voz, en sus cuerpos, en su cara. Un ser feliz, lo respira, lo transmite, lo habla. La serenidad interior se emana, se expande y llega a los demás.
Si usted mismo, o alguien a su alrededor tiene algún problema de piel, alguna alergia, un sarpullido de alguna clase, pregúntese: ¿por qué será?, ¿Cuál es la intención positiva de esto, qué mensaje tiene para mí? Muchas veces la piel se llena de manchas, alergias, picores, etc., puesto que es la única vía que la persona ha hallado para "ventilar" su inconsciente o manejarse con la situación. Cuando no nos encontramos bien con nuestro entorno. Cuando algo o alguien nos produce alergia al no enfrentarnos con la situación. Cuando nuestra cara tiene un serpullido de ira, de rabia. Cuando nuestro inconsciente está "limpiando" y sacando al exterior, al consciente, muchas cosas que "huelen" mal. Cuando queremos poner distancia entre nosotros y algo o alguien... En todas y cada una de esas situaciones, la piel servirá como pantalla donde proyectar todo eso que queremos ocultarnos a nosotros mismos, pero que sale al exterior descaradamente a través de nuestra piel. Son incongruencias de la persona, del ser. ¿Por qué será? ¿Cuál es la intención positiva de esa "situación" de su piel?
El cuerpo habla, muestra cómo está usted por dentro. Observe la de miles de abdómenes hinchados que existen en el mundo (algunos van al gimnasio). La de ojeras que observará en muchas caras. La de facciones tensas, destrozadas de dolor, amargadas de hiel, repletas de azúcar, sabrosas de alcohol y noches en vela que se cruzarán en su camino del espejo, tal vez la de usted mismo.
Observe además, cómo se sientan, cómo caminan. Las personas decididas, plenas de esperanza, de ilusión, de expectativas... caminan mirando al frente, dan la mano con vigor, caminan resueltas, con paso firme y decidido. Mientras que las personas derrotadas, deprimidas, amargadas, cansadas de tanto vivir, cansadas de tanto no amar... incrustan la barbilla en el pecho, fijan la mirada en un punto perdido en el suelo y arrastran sus pies al caminar. Si usted piensa que está deprimido, todo su cuerpo le hará caso. ¡Rompa ese estado! Recupere en su mente una imagen divertida, o una de felicidad y cambie de postura física.
Todos nosotros transmitimos información sobre nuestro estado anímico durante todo el día. Si una persona, pongamos por caso, no se siente segura de sí misma, de lo que hace, de lo que dice, o de lo que vale... ¿Cómo cree usted que le transmitirá a su interlocutor información sobre todo eso? Piense por un momento.
Una de las pistas se las proporcionará la persona a través de los ojos. La inseguridad, la falta de autoestima se refleja en una mirada huidiza, en un no mirar directamente a los ojos. Otra pista será el tono de voz y la entonación, puede que trémula o pretenciosa, puede que agresiva... Todo significa lo mismo: miedo. La postura física será otra forma de chivato. La posición de la columna, la de las piernas (cruzadas, erectas), la de los brazos (cruzados sobre el pecho, o dejados serenamente a un lado). A esto se le denomina lenguaje subliminal. Si usted quiere cambiar su estado de humor o facilitárselo, cambie de postura física. Haga algo diferente, para variar."

La felicidad por Aristoteles


"Si la felicidad consiste en virtuosa actividad,
debe ser la actividad de la más elevada virtud o,
en otras palabras, de la mejor parte de nuestra
naturaleza.

(...) Así, concluimos que la felicidad alcanza
hasta donde llega la facultad de pensar, y cuanto
mayor sea la facultad de pensar de una persona,
mayor será su felicidad; no como algo accidental
sino en virtud de su pensamiento, pues éste es
noble por definición. Por ende, la felicidad
tiene que ser una forma de contemplación"


Interesante reflexion de Aristoteles (aunque bastante a menudo pienso que cuanto más simple y menos se piense, más feliz es una persona, pero imagino que estariamos hablando de diferentes conceptos de felicidad)

miércoles, 6 de julio de 2011

La vida es sueño, Monologo de Segismundo


Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!);
¡que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.


Segunda Jornada. Escena XIX. Monólogo de Segismundo.

La vida es sueño

Calderón de la Barca