miércoles, 29 de febrero de 2012

Todo llega a su fin

Me ha llamado esta mañana, está muy triste y lo está pasando realmente mal, se hace el duro, pero es una persona muy sensible, me duele verlo así, es uno de mis mejores amigos y ni siquiera puedo darle un abrazo ya que vive a miles de km de distancia, solo puedo ofrecerle mi consuelo por medio de las palabras y esperar a que el tiempo que todo lo cura, corra más a su favor.
Todo parecía perfecto, tan feliz, tan intenso, tan compenetrados desde el principio. Y aunque no llevaban mucho tiempo juntos, él ya la veía como la futura madre de sus hijos, la mujer de su vida. Viajes, veladas, conciertos... parecía estar resarciéndose de lo mal que lo había pasado en otras relaciones. Pero después de un fin de semana normal en casa de los padres de ella, de vuelta a casa, después de comer, ella le dijo que eran demasiado diferentes y que aquello era el final. El mundo se abrió bajo sus pies...
Una vez alguien me dijo que el amor siempre se acaba, durará 3 meses, 3 años, 30... o para los más afortunados, hasta que la muerte los separe, (¿es solo cuestión de fortuna?) el amor se acaba, pero permanecen las experiencias, los momentos vividos y especialmente lo que ellos nos han hecho sentir, que es al fin y al cabo lo que le da un sentido u otro a aquello que recordamos y que a su vez con el tiempo va diluyéndose y haciéndose mas borroso.

El final es tan parte del proceso como el comienzo, todo lo que empieza acaba, nada es permanente, el sol se pone, los días pasan, las flores se marchitan y las hojas caen de los arboles. Por la misma razón por la que nacemos y morimos, el amor también se acaba, en unos casos por el desamor, otros por la infidelidad... y otros por la muerte de la pareja, pero parece que en todos los casos, tiene un final.
Quizá si asumiéramos desde el principio que todo aquello que estamos viviendo, es solo temporal y que algún día tarde o temprano llegará a su fin. Madurará, evolucionará, o simplemente desaparecerá, pero nunca sera igual; valoraríamos los momentos mucho más, apreciaríamos todo lo que nos sucede y lo veríamos como parte de la travesía que estamos recorriendo, nos recuperaríamos antes del dolor que produce el final o nos adaptaríamos mejor a los cambios, cosa que quizá haría que nuestra relación fuera mas duradera y el amor más maduro.
O quizá no! Tenia una amiga cuyo novio cada vez que ella le hablaba de un futuro no muy inmediato él le decía "Total, si esto no va a durar!" No me refería a esta clase de apreciaciones claro.
Pero quizá la clave esta en la forma de ver el final, duro si no queríamos que sucediera, un alivio si ya no podíamos más, casi siempre doloroso, pero como todo, con dos caras, el fin de algo significa el principio de otra cosa, una nueva oportunidad que se abre ante nosotros y eso siempre es positivo.
Volver a escribir en un folio en blanco. Más sabios por las experiencias vividas y más maduros, ya que del dolor también se aprende, siempre que hagamos un trabajo de reestructuración emocional, soltemos lastre de la mochila y dejemos hueco para volver a meter cosas nuevas.
Si no le vemos la vertiente positiva al final, no pasamos pagina y nos aferramos al pasado, corremos el riesgo de vivir encerrados en un mundo de recuerdos y que cada vez se estreche más y más la salida, la sombra de aquello puede ser tan alargada que nos impida ver el sol que esta saliendo cada mañana y volver a comenzar se vea como una meta inalcanzable ya que la mochila pesa tanto que nos impide hasta caminar.

Se que se recuperará, pero me preocupa que vuelva a construirse un grueso muro protector a su alrededor, para no sufrir otra vez, ya que culpa de su dolor a haber bajado la guardia, pero tengo la esperanza de que con el tiempo vea que el desamor no es sino parte del amor mismo y que esto es solo otra oportunidad que le da la vida.


"Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo"

Julio Cortazar



sábado, 11 de febrero de 2012

"Cálculo elegíaco" de Wisława Szymborska


Cuántos de los que he conocido
(si de verdad los he conocido)
hombres, mujeres
(si esta división sigue vigente)
han atravesado este umbral
(si esto es un umbral)
han cruzado este puente
(si se puede llamar puente)

Cuántos después de una vida más corta o más larga
(si para ellos en eso sigue habiendo alguna diferencia)
buena porque ha acabado
mala porque ha acabado
(si no prefirieran decirlo al revés)
se han encontrado en la otra orilla
(si se han encontrado)
y si la otra orilla existe.

No me es dado saber
cuál fué su destino
(ni siquiera si se trata de un solo destino,
y si hay todavía destino).

Todo
(si con esta palabra no lo delimito)
ha terminado para ellos
(si no lo tienen por delante).

Cuántos han saltado del tiempo en marcha
y se pierden a lo lejos con una nostalgia cada vez
mayor
(si merece la pena creer en perspectivas).

Cuántos
(si la pregunta tiene algún sentido,
si se puede llegar a la suma final
antes de que el que cuenta se cuente a sí mismo)
han caido en el más profundo de los sueños
(si no hay otro más profundo).

Hasta la vista.
Hasta mañana.
Hasta la próxima.
Ya no quieren
(si es que no quieren) repetirlo.
Condenados a un interminable
(si no es otro) silencio.
Ocupados sólo con aquello
(si es sólo con aquello)
a lo que los obliga la ausencia.


Wisława Szymborska
2 de julio de 1923
1 de febrero de 2012