miércoles, 21 de julio de 2010

La magia de recibir un e-mail

La formas de comunicación están cambiando, ya nadie escribe cartas y con las nuevas redes de comunicación social como Facebook, Tuenti y Twiter, los e-mails con contenido estan empezando a ser un bien escaso.

Desde que tengo Facebook, (hace algo mas de 2 años), se todo sobre mis amigos, donde van, donde han estado, que hacen... y tengo información personal sobre los nuevos, mucho mas rápidamente, ya que tengo acceso a sus fotos, fecha de cumpleaños...
Cuando digo que los e-mails están empezando a ser un bien escaso, me refiero a los e-mails largos en los que cuentas con todo lujo de detalles como estas, tus impresiones, gustos... en los que preguntas esperando una larga respuesta, como las cartas de antes, vamos.
Los e-mails con una extensión máxima de cuatro líneas es lo mas común, e incluso el propio Facebook tiene servicio de mensajes, así que si quiero saber de alguien, solo he de escribirle "Como estas? Que tal te va todo? Cuéntame!?"

A la gente que tengo en Facebook, ya casi no le envío e-mails, solo con pasearme por su perfil, puedo saber lo que quería, o les dejo una nota en el muro, es mucho mas rápido e inmediato. Para mi comodidad, he invitado a todos mis nuevos amigos a Facebook, sino lo tenían aun, así me resulta más cómodo y fácil saber de ellos.
Pero tengo unos amigos que no tienen Facebook, y con los que me es imposible quedar porque viven a miles de km; este hecho, en lugar de convertirlo en un drama, me ha hecho redescubrir el placer de escribir e-mails, y más aun el placer que supone recibirlos.
Había olvidado que era saber de alguien por como te lo cuenta y explica con sus propias palabras, como cuando quedas a tomar café en un lugar tranquilo y con suave música ambiente; y no de forma visual por las fotografías que ves en Facebook.

Aunque sobre todo había olvidado la ilusión que hace recibir un e-mail personal, la magia que supone verlo en el buzón entre miles de cadenas, publicidad y notificaciones; un e-mail al que necesitas prestarle atención, ya que no quieres perderte detalle de su contenido y el cual tienes que releer y tomarte tu tiempo para contestar.
Es cierto que cuando tienes poco tiempo libre, resulta mucho mas fácil escribir en el muro, o enviar un mensaje de pocas líneas, pero recibir un e-mail tiene ese encanto de conexión personal e intimista, de espera, que antes solo tenían las cartas, escritas de puño y letra, las epístolas, que aunque escasas en estos tiempos, espero que su magia haga que nunca se extingan.


Enero 2010


No hay comentarios:

Publicar un comentario